Vi a mi madre y no pude evitar llorar. Un golpecito y mis pulmones se ajustaron, se alinearon y comencé a respirar. Bajo mi brazo, no había nada, nunca hubo nada de provecho.
Me hice de un aliado. Dicen que todo lo cura. Con él crecí, el juego de la vida me empezó a llamar.
Es corta mi edad, pero así como para amar, para dudar tampoco hay fecha.
Falta un paso. Terminar de crecer. Quizás multiplicarme y por fin morir. Tal vez el ciclo interrumpí, creo que tus manos se instalaron en mí.
Me acostumbré a tu mirada, que lloré, porque me hizo volver a nacer. Si me he de multiplicar, si me he de desvanecer, no preguntes, sólo déjate llevar, que bajo el mismo techo algún día será...
DANAQ