Es triste, curioso y espontáneo ver que muchas personas se acercan para tomar provecho de una situación. Un aplauso pido para ti. Yo me aferro a no sembrarme y tu a que pronto asimilaré que soy polvo y en polvo me convertiré y cuando eso pase, mis órganos vitales convergerán ante tus ideas. ¿Quién eres tú para afirmar semejante barbaridad? ¡No retes a Dios!.
Está bien, no perdones. Siempre hay un modo para todo. Pero nunca, nunca olvides pedir perdón.
Escribo para mantener un camino ancho entre el deseo y la desesperación. Más que coraje, una decepción. Y más que una decepción, un corazón. Un real corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario