jueves, 1 de marzo de 2012

Anhelo...

Un día me fui de casa en busca de un futuro. Pensé en volver. Ahora no lo sé. La tristeza de un abismo es tan profunda como el mismo, pero siempre hay un poco de alegría en esta tierra, que después de escalar y desenterrar, de intentar y volver a caer y soportar el dolor, en algún momento llega la tan dichosa calma. Y quién sabe quien la conoce.

Que difícil es hablar de mentiras cuando lo que se dice es una trola tan grande como tus deseos de aparentar que no pasa nada. Basta ya de reproches a la mente, basta ya de inquietantes noches de agonía, alto al silencio, guarda el ruido, dijo el músico.

Detalles, tiempos, palabras. No lo creo. Hay algo detrás. Quizás mañana me deleitaré con su reflejo.

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